¿Sólo buscamos alivio, o tenemos una visión más allá…?
Si la visión y sensibilidad que nos motiva en la cura de almas, únicamente alcanza a proporcionar consuelo inmediato al sufrimiento, o aclarar su origen…, la persona afectada, entenderá mejor el problema, aliviará su angustia, se sentirá comprendida, consolada y fortalecida, pero el problema persistirá.
También, limitamos la oportunidad de beneficiarse del verdadero propósito de Dios para su vida, un crecimiento espiritual a través del sufrimiento (no evitándolo, “Su poder se perfecciona en la debilidad”).
Un acercamiento a Dios con el corazón sangrante, permite experimentar muy vívidamente el consuelo de su auténtico amor, su fidelidad, paz y descanso extraordinarios, en situaciones humanamente “límite”. La relación y comunión con Él no sólo nos fortalece, sino que su poder transformador purifica, moldea y sana, para poder amar y servirle.
Dios desea afianzar nuestra fe para crecer en madurez y semejanza a Él, y las pruebas permiten aprender lecciones de tremendo impacto. Un carbón jamás se convertiría en diamante, sin ser sometido a tremenda presión.
A su vez, el objetivo final de la Consejería Bíblica, no sólo es la cura de almas, sino capacitar a otros para servir a Dios extendiendo el Ministerio.
Si tenemos una visión limitada o diferente del propósito de Dios, en la vida del creyente, y tratamos a ayudarle “a nuestra manera” (sólo aliviando el dolor), interferimos entre su necesidad real y la respuesta que Dios le ofrece, impidiendo su crecimiento en madurez y beneficio espiritual auténticos.
Es importante no olvidar cuáles son las metas de Dios, en relación al creyente, para no ser “piedra de tropiezo” o de nula ayuda, en el servicio del Ministerio de Consejería Bíblica.
Esther Closa